miércoles, 26 de mayo de 2010

Sol quedaté.

Hace calor. Mucho calor. Me agobia pero me gusta. Lo extrañaba. Todos los días miraba el cielo y esperaba que el sol viniera y me contara los 1001 secretos que yo tanto añoraba. Ya esta aquí y me confesado que ha venido para quedarse. Ha venido para tostar mi piel, para darme calor. Para hacerme sentir bien.
Y yo le murmuró despacio: -Solecito, no te vayas. Quedate para siempre. Quedate para darme calor. Deja que tú esplendor se quede a mi lado. Que eso me gusta. Dejame ver mi sombra mientras camino. Deja que yo me oriente con tú luz. Porfa.
Y el contesta con gracia: -Yo me quedaré. Lo prometo. Te daré calor cuando quieras, te seguiré cuando me lo pidas y te orientaré cuando lo necesites. Estaré a tú lado. Pero solo 3 meses. Luego mi puesto lo ocuparán las nubes. El frío. La nieve. Pero no lo olvides. Nunca. Que yo siempre regresaré. Y yo quiero que tú me esperes.
Sonrió. Y dejo que su magnifica luz, me ilumine. Que su calor me rodee.
Gracias al Sol existe nuestro Verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Una nueva sonrisa, gracias a ti.