Y yo le murmuró despacio: -Solecito, no te vayas. Quedate para siempre. Quedate para darme calor. Deja que tú esplendor se quede a mi lado. Que eso me gusta. Dejame ver mi sombra mientras camino. Deja que yo me oriente con tú luz. Porfa.
Y el contesta con gracia: -Yo me quedaré. Lo prometo. Te daré calor cuando quieras, te seguiré cuando me lo pidas y te orientaré cuando lo necesites. Estaré a tú lado. Pero solo 3 meses. Luego mi puesto lo ocuparán las nubes. El frío. La nieve. Pero no lo olvides. Nunca. Que yo siempre regresaré. Y yo quiero que tú me esperes.
Sonrió. Y dejo que su magnifica luz, me ilumine. Que su calor me rodee.
Gracias al Sol existe nuestro Verano.
Y el contesta con gracia: -Yo me quedaré. Lo prometo. Te daré calor cuando quieras, te seguiré cuando me lo pidas y te orientaré cuando lo necesites. Estaré a tú lado. Pero solo 3 meses. Luego mi puesto lo ocuparán las nubes. El frío. La nieve. Pero no lo olvides. Nunca. Que yo siempre regresaré. Y yo quiero que tú me esperes.
Sonrió. Y dejo que su magnifica luz, me ilumine. Que su calor me rodee.
Gracias al Sol existe nuestro Verano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Una nueva sonrisa, gracias a ti.