lunes, 17 de mayo de 2010

La brisa que acariciaba su pelo...

Yo. Andaba por los caminos de tierra, disfrutando del campo y el sol que se reflejaba en mis ojos. Aislada. Escuchaba mi canción, mi canción preferida. A la par que la música, la brisa abanicaba mi pelo y los campos dibujaban olas con el viento.
Yo andaba, pensaba y soñaba. No me importaba nada, solo yo. Sumisa en mis pensamientos, cerraba los ojos y me dejaba llevar. Me dejaba llevar por la brisa, el sol, la música y la tranquilidad. Nadie me podía arrebatar aquel momento. Era un instante y era mío. Las amapolas teñian de rojo los campos por los que caminaba. Acariciaba sus pétalos y, su fragancia despertaba mis sentidos. Sonreía por saber que nadie me iba arrebatar ese sentimiento. La paz, la tranquilidad, la sensación de libertad. Era mía, solo mía.

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Una nueva sonrisa, gracias a ti.