martes, 13 de diciembre de 2011

Reflexiones a base de golpes


Hoy he aprendido algo, y es que, la gente jamás te dejará de decepcionar. Es así. Es fácil. Confias, conoces, gustas, te aficionas, crees, te enamoras, y por último... caes.
Es siempre así, sin excepción, sin pausa, sin descanso... aunque intentes confiar, aunque hagas el jodido esfuerzo de confiar en la gente, siempre, te fallan.
Y aunque siempre acabe hecha una mierda, por lo suelos, llorando, lamentándome, queriendo desaparecer y una larga lista de emociones asquerosas, siempre le intento sacar el lado positivado, aunque no lo haya, yo me encargo de inventarmelo. No hay problema.
Tengo todo lo que quisiera tener, así que... a todos lo que habeis decepcionado y lo seguireis haciendo, tengo que deciros qué...

Aunque me caiga siete veces, tendré fuerza suficiente para levantarme otras ocho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Una nueva sonrisa, gracias a ti.